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FOMENTO LECTOR: TAREA DE TODOS

La escuela y la familia son indispensables en el fomento de una lectura hecha por placer, que logre apoyar la formación humana de los niños.

Esta comprobado y estudiado que el gusto por la lectura se comienza a desarrollar desde antes de que el niño aprenda a leer y que las experiencias de lectura que resultan agradables incentivan la lectura. Cuanto más lean los niños, mejor van a leer.

Ya mas grandes, a partir de 4 básico, se espera que los niños “lean para aprender”, para adquirir información de los libros en forma independiente.

Al aumentar los requerimientos de lectura, los niños necesitarán apoyo adicional, para esto.

Uno de los 8 factores presentados por la Agencia de la Calidad de la educación que se asocian a mejores educativas,  está enfocado a desarrollar y mejorar la actitud lectora de los alumnos, desde pre escolar a IV medio, presentándose como una tarea de la familia y del colegio.

Daniel Willingham, psicólogo de la Universidad de Virginia y autor del libro Raising Kids Who Read (Criando niños que leen) es un fiel defensor de la lectura, pero no sólo por su importancia en el ámbito académico. Daniel es un defensor de la lectura porque para él, es un valor. “Para mí es un valor familiar. Es algo que amo, algo que considero importante. Creo que gano experiencias que no ganaría de ninguna otra forma en virtud de ser un lector. Y, naturalmente, quiero que mis hijos lo experimenten”, explica Daniel, quien en su libro ofrece consejos para que los niños elijan la lectura por encima de otras cosas.

Aunque sus consejos están orientados principalmente a los padres que quieren fomentar el gusto por la literatura en sus hijos, el psicólogo ofrece una mirada al fomento lector en general, una mirada que puede ser práctica tanto para ellos, como para los profesores que a diario trabajan por conquistar a sus alumnos con la lectura. ¿Y qué es lo que sugiere el autor?

1. Una de las cosas que resalta es la importancia de fomentar el amor por la lectura desde muy temprano.

Para esto, es vital convertirla en algo placentero. Los padres pueden hacerlo al diseñar situaciones donde el libro y la lectura estén asociados a momentos agradables. Un ejemplo de esto es leer en voz alta en un momento familiar positivo. Es clave, dice el psicólogo, instalar en la familia las ganas por aprender cosas nuevas sobre el mundo y asociar esto a la lectura.

2. A los padres que utilizan incentivos para que sus hijos lean, Daniel les recomiendan que no utilicen esta estrategia como primera opción.

Existe la posibilidad, dice él, de que el niño piense que la única razón por la que leer, es porque recibe algo a cambio. Entonces, cuando las recompensas se acaban, el niño puede pensar que leer no tiene ningún sentido y que sólo lo hacía por el placer de acceder a la recompensa.

3. No hay que olvidar la importancia del autoconcepto, dice el psicólogo.

¿A qué se refiere con autoconcepto? Básicamente a la forma como los niños se ven como lectores. Ellos pueden saber que leer es bueno y que la lectura puede ser un medio para fortalecer ciertas competencias. Sin embargo, no leen. Daniel compara esto con el brócoli. Una persona puede saber que esta verdura es sana, pero si no le gusta, no hay mucho que hacer al respecto… con base en esto, Daniel rescata la importancia de hablar acerca de las actitudes que tienen los niños hacia la lectura y no olvidar el autoconcepto como algo esencial. Los niños tienen que verse como lectores, de lo contrario, la lectura sólo se vuelve una obligación. ¿Y cómo se pueden ver a sí mismos como lectores? Esto se asocia mucho al fomentar el amor por esta actividad desde los primeros días de vida.

Otras recomendaciones que nos plantea el MINEDUC, a través de la guía para la familia “Apoya a tus hijos a leer” son:

  • – Hasta los 3 años, haz de los libros parte del hábito diario. La hora especial de lectura podría ser antes de irse a la cama, durante una de las comidas o mientras viajas.
  • – Entre los 3 y 5 años, cuando lean juntos, anima a tu hija o hijo a que hable. Hazlo que «simule leer» las partes que haya memorizado. Hazle preguntas y motívalo(a) a que diga más cosas. Finalmente, ¡puede que diga del cuento más cosas que tú!
  • – Entre los  5 y 7 años, lee  y relee los libros preferidos de tu hija o hijo –electrónicos o impresos– y, finalmente, serán capaces de leértelos a ti. Además, escucha cuando te lea y te cuente cuentos. Luego, sostén una conversación acerca de ellos.
  • – De 8 a 10 años, preséntale desafíos a tu hijo o hija leyéndole en voz alta libros o historias del diario –electrónico o impreso– que no pueda leer por sí solo(a), y mostrándole además nuevos temas e ideas.
  • – De 11 a 14 años, si tu hijo o hija adolescente tiene dificultades de comprensión de un texto, léelo tú mismo(a) y convérsalo con él o ella, y luego, motívalo(a) a que vuelva a intentarlo.

Los invitamos a participar de la hermosa y enriquecedora tarea de fomentar la lectura en nuestros alumnos.