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“Somos lo que hemos sido, nuestra memoria como Colegio”

Querida comunidad: Queremos seguir celebrando nuestros 21 años como colegio y reconocer que en este camino hemos construido una historia que ha dejado huella en cada una de las personas que han sido parte de este proyecto educativo. 
El ideal de formar hombres y mujeres para la nueva comunidad, ha sido siempre nuestro gran anhelo y lo hemos plasmado en cada una de las generaciones y personas que han pasado por el San José.  Nuestro modelo Pedagógico (MPK) nos recuerda que queremos formar personas con un mundo interior profundo, con espíritu comunitario y con una impronta apostólica de servicio y entrega. 
“Somos lo que hemos sido”, somos resultado de una memoria colectiva que entre todos hemos forjado, por lo que durante este mes de junio y julio iremos compartiendo diferentes testimonios de alumnos, alumnas, ex-alumnos, familias y miembros de la comunidad que nos permitirán reconstruir juntos nuestra memoria de colegio. 
El día de hoy, queremos compartir con ustedes un poco de los inicios de camino a través del testimonio de Max Larraín y Verónica Aguirre, fundadores del Colegio San José de Chicureo, quienes repasaron las dos décadas de historia de nuestro colegio, y lo que ha significado para sus vidas la creación de este proyecto.
Yo siento que el colegio, para mí y nuestra familia, ha sido una escuela de vida. Un lugar donde ya llevamos 21 años, acompañándolo en su desarrollo y su crecimiento. Yo le tengo un cariño enorme y considero que es nuestro sexto hijo”, relata Verónica, quien con profunda perspectiva reflexiona: “Lo que más me ha marcado del Colegio San José es sentirme y saberme un fiel y pequeño instrumento de las manos de Dios”. 
Para Max, el recuerdo más significativo de estas dos décadas es haber fundado el colegio junto a Verónica, sus hijos, y el grupo de amigos del Colegio San José. Así, las palabras familia y amigos son las que más se repiten durante su testimonio en que recuerda los orígenes del colegio. “La huella que nos ha dejado es un cariño y un amor por la gente, un amor por las familias del colegio, un amor por los padres y un amor por Schoenstatt”, sostiene.
Justamente, fueron las familias del Jardín Infantil Los Tronquitos, las que en el año 1996 tuvieron la inquietud de crear este proyecto educacional, que fue liderado por Max y Verónica. Pero el recorrido está lejos de terminar. “Tenemos un gran legado por delante, que es que este colegio sea un colegio familiar. Por eso, le hemos dado mucha importancia a esto en el proceso de admisión de los nuevos alumnos”, comenta Max. 
Así, su principal objetivo durante estas dos décadas ha sido trabajar para que el San José tenga un sello y una identidad propia, donde la familia sea el pilar fundamental de este proyecto educativo. “Es algo que queremos conservar y cultivar por siempre” y donde ningún miembro de la comunidad se quede atrás.
Eso es lo que me gustaría y queremos proyectar en el colegio: tener un cariño por la comunidad, por el más débil, por las personas más necesitadas, por la educación de Colina, por la educación de la gente que más necesita de nosotros y esa es nuestra tarea que tenemos hacia delante”, cierra Max.