Estamos comenzando la semana más importante para los cristianos. Es cuando revivimos el centro de nuestra fe. La pasión, muerte y resurrección de nuestro Señor.
Este año nos toca vivir esta semana en una situación distinta a la que pensábamos, y seguramente tenemos una lista larga de las cosas que no vamos a poder hacer.
Quizá teníamos planeada una semana tranquila en la playa o el campo. A lo mejor íbamos a visitar a nuestros familiares, si es que somos de fuera de Santiago. O teníamos planeado participar activamente de las celebraciones o retiros que nos ofrece la comunidad a la que pertenecemos. Y seguramente son muchos más los planes que teníamos y que vamos a tener que cambiar.
Por eso los queremos invitar a poder hacer una lista y darnos cuenta de todo lo que sí se nos ofrece en esta semana que viene.
Primero podemos agradecer por la salud, por poder estar en familia y por poder tener un buen lugar donde estar juntos. Agradecer por la fe que nos ayuda a darle sentido a las dificultades, y también las alegrías, que nos toca vivir.
Los invitamos a poder preparar estos días. A celebrar juntos el domingo de ramos, haciendo juntos un bonito ramo para nuestra casa. A celebrar la última cena en familia, a compartir el pan (quizá podemos cocinar uno) y a recordar que el mejor lugar para vivir el servicio de unos a otros. Poder planificar un momento el viernes Santo para rezar en familia y ponernos frente al misterio de la cruz que nos recuerda la entrega máxima de amor de Jesús por cada uno de nosotros. Quizá podemos rezar el “Via Crucis” preparar nuestra casa y jardín para poder hacerlo.
Podríamos preparar juntos el cirio pascual, que nos recuerda el triunfo de la vida sobre la muerte, de la paz sobre la guerra, del bien sobre el mal. Podemos seguir por las redes alguna Misa de Pascua y poder vivirlo como familia. Y también podríamos prepara una bonita celebración y comida de Pascua, o un rico desayuno.
Sabemos que no es fácil pensar que vamos a volver a estar “encerrados”, pero los invitamos a darle un sentido más profundo y a alegrarnos de poder celebrar en familia.
Que la alegría de Jesús resucitado sea la que prime y nos ayude a mirar con esperanza este tiempo que viene.
Que por intercesión de nuestra madre María y de nuestro patrono San José, nos bendiga Dios y nos regale una Semana Santa llena de sentido y de una bonita experiencia de fe vivida en familia.