fbpx Skip to main content

«Dar hasta que duela»

San Alberto nos invita a ser otro Cristo, a comprender que la solidaridad es un valor que nos permite ver y acercarnos a la realidad de los demás.

“Dar hasta que duela”. Quizá esta es la frase que más define a San Alberto, una de las personas más destacadas de la iglesia Católica en Chile y el mundo.
El 18 de agosto celebramos el aniversario de su muerte y recordamos su profunda fe, su capacidad de captar las señales del tiempo en que le tocó vivir, destacándose por la vehemencia con la que desempeñó todas las ocupaciones a lo largo de su vida siendo su principal causa los trabajadores y los más pobres.
El 23 de octubre de 2005 el papa Benedicto XVI lo declaró Santo de la Iglesia Católica, evento largamente esperado por todos.
San Alberto dijo: “¡Cristo no tiene hogar”! Cristo ronda por nuestras calles en la persona de tantos pobres, enfermos y desposeídos que sufren, y personas expulsadas de sus miserables barrios pobres.
Cristo se acurruca bajo los puentes, en la persona de tantos niños que carecen de alguien a quien llamar papá, que han sido privados durante muchos años del beso de una madre en su frente. ¡Cristo no tiene hogar! ¿No deberíamos querer darle uno, nosotros que tenemos la alegría de un hogar confortable, mucha comida buena, los medios para educar y asegurar el futuro de nuestros hijos? 
«En cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis», dijo Jesús.  
San Alberto nos invita a ser otro Cristo, a comprender que la solidaridad es un valor que nos permite ver y acercarnos a la realidad de los demás, y se manifiesta como la determinación firme y perseverante de empeñarse por el bien común, es una actitud definida y clara de procurar el bien de todos y cada uno. 
San Alberto decía: “Vivir nuestro día como Cristo, ser Cristo para nosotros y para los demás: ¡Eso es comulgar! “El acto central de nuestro día debería ser nuestra Misa”.
Equipo de Pastoral